Modelo Lenguaje 6º-11º

Autorregulación

Las habilidades de autorregulación ayudan a los estudiantes a concentrarse en el aprendizaje. La autorregulación es la capacidad de modificar y regular nuestras respuestas emocionales y conductuales de manera flexible para alcanzar un objetivo determinado. La autorregulación es un recurso de capacidad limitada, lo que significa que puede agotarse a lo largo de la tarea o del día, o puede drenarse cuando los estudiantes están gastando gran parte de su energía trabajando para concentrarse en el aula.

Ideas Principales

La autorregulación incluye reconocer las respuestas conductuales y alinearlas con estándares, como las expectativas sociales. Los estudiantes que pueden autorregular exitosamente sus comportamientos lo logran monitoreando e inhibiendo de manera flexible emociones, atención, motivación, acciones o impulsos en la búsqueda de un objetivo. Es importante notar que la percepción del comportamiento adecuado en las escuelas puede estar influenciada por normas sociales dominantes en una cultura y puede no coincidir con las normas, actitudes y creencias culturales propias de los estudiantes.

La autorregulación se puede descomponer en tres componentes principales:

  • La regulación cognitiva involucra usar Atención y funciones ejecutivas (es decir, memoria de trabajo, inhibición, flexibilidad cognitiva) para inhibir impulsos y atender tareas.
  • La regulación conductual se refiere a la capacidad de ajustar el comportamiento propio para cumplir con las normas de un contexto determinado.
  • La regulación emocional (parte del factor Emoción) se refiere a la capacidad de manejar la excitación emocional. También permite una reevaluación cognitiva, como replantear eventos y pensamientos para cambiar la reacción emocional de uno hacia ellos.

Los estudiantes con discapacidades de aprendizaje y TDAH a menudo tienen más dificultades con la autorregulación en ciertos contextos de aula, lo cual puede deberse a las demandas adicionales de leer, escribir o enfocar la atención en el aula, y pueden beneficiarse de un apoyo específico en autorregulación. Los estudiantes con habilidades de autorregulación más débiles están en mayor riesgo de bajo rendimiento académico y problemas emocionales y de conducta. Los estudiantes que han sido históricamente excluidos y aquellos con discapacidades, particularmente aquellos con TDAH, también están en mayor riesgo de acciones disciplinarias como la suspensión por lo que se percibe como comportamiento disruptivo. Como resultado, los educadores y los estudiantes pueden beneficiarse de una formación culturalmente responsiva e inclusiva que aborde la autorregulación.

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