Previsibilidad: Ambiente y Estructura

Mantener rutinas, estructuras y apoyos consistentes garantiza que los estudiantes puedan confiar y predecir lo que sucederá a continuación. La previsibilidad en el entorno de aprendizaje ayuda a los estudiantes a sentirse seguros porque conocen las expectativas, lo que libera su memoria de trabajo para que puedan aplicar sus habilidades cognitivas al aprendizaje. La consistencia y la previsibilidad son especialmente importantes para los estudiantes que no experimentan dicha estabilidad fuera de la escuela.

Ejemplo: Usa esta estrategia en el salón

Observa cómo esta maestra de séptimo grado establece rutinas y expectativas durante los primeros días de clases. Al dedicar tiempo a describir y practicar procedimientos como la entrega de exámenes, los estudiantes aprenden a realizar la transición de forma eficiente. Repasar las reglas y expectativas también les permite saber qué se espera de ellos y cómo tener éxito.

Mediante el modelado de rutinas y la publicación de un horario diario, los docentes pueden establecer expectativas claras para los estudiantes y demostrar que el aula es un espacio seguro y predecible para el aprendizaje. Cuando hay consistencia en las prácticas y previsibilidad en las rutinas, los estudiantes experimentan menos ansiedad, pueden practicar la autorregulación y tienen más tiempo para dedicarse al aprendizaje. Algunos ejemplos de estas rutinas incluyen las reglas del aula, el inicio y el cierre de actividades, las transiciones, el trabajo en grupo y el uso de la tecnología.

Inclúyelo en el diseño de tu producto

Los desarrolladores pueden crear interfaces consistentes y estructuras o marcos repetitivos para facilitar la previsibilidad de sus productos. Esto ayuda a los estudiantes, permitiéndoles saber qué esperar y centrar su atención en el contenido de aprendizaje.

American Psychological Association, Coalition for Psychology in Schools and Education (2015). Top 20 principles from psychology for prek–12 teaching and learning. Retrieved from http://www.apa.org/ed/schools/cpse/top-twenty-principles.pdf

Darling-Hammond, L., Flook, L., Cook-Harvey, C., Barron, B., & Osher, D. (2019). Implications for educational practice of the science of learning and developmentApplied Developmental Science, 1-44.

Everston, C. M., & Emmer, E. T. (1982). Effective management at the beginning of the school year in junior high classesJournal of Educational Psychology74(4), 485-498.

Huizinga, M., Smidts, D. P., & Ridderinkhof, K. R. (2014). Change of mind: Cognitive flexibility in the classroomPerspectives on Language and Literacy40(2), 31-35.

Jones, S. M., & Bouffard, S. M. (2012). Social and Emotional Learning in Schools: From Programs to Strategies and commentariesSocial Policy Report26(4), 1-33.

Paas, F., Renkl, A., & Sweller, J. (2004). Cognitive load theory: Instructional implications of the interaction between information structures and cognitive architectureInstructional Science32(1), 1-8.

Factores que respalda esta estrategia