La escritura basada en proceso se centra en cómo los estudiantes generan ideas, crean esquemas, redactan y revisan sus escritos. Esta es más efectiva cuando se combina con retroalimentación, especialmente para los estudiantes de lenguaje. Al enseñar Composición, centrarse en el proceso a menudo resulta útil para los estudiantes cuando comienzan a abordar tareas de escritura más matizadas y complejas. La enseñanza de la escritura basada en procesos implica una serie de pasos, incluyendo actividades previas a la escritura como la lluvia de ideas y la planificación, para mejorar la Metacognición. Los estudiantes pasan por el proceso de preescritura y luego crean borradores para revisar, editar y reflexionar antes de crear una versión finalizada de la tarea. 

Las investigaciones han demostrado que el proceso de escritura se puede enseñar. Los instructores pueden ayudar a los estudiantes al centrarse explícitamente en las partes individuales del proceso para mejorar los resultados de la escritura. La escritura basada en procesos en un entorno educativo permite que el instructor y los estudiantes experimenten el proceso de escritura juntos, en lugar de simplemente reunirse para evaluar un producto terminado. Además, centrarse en el proceso de escritura ayuda a los estudiantes en la Autorregulación y aumenta la Motivación.