Retroalimentación
La retroalimentación es el proceso de proporcionar a los estudiantes información sobre su aprendizaje para apoyar su progreso y mejora, y puede provenir de diversas fuentes, como profesores y compañeros. Puede reforzar lo que se está haciendo bien o utilizarse para guiar y ajustar. La retroalimentación puede referirse a una tarea de aprendizaje, un proceso o aspectos de la autorregulación del estudiante. Los profesores también pueden elogiar el esfuerzo, lo que puede aumentar la motivación y la perseverancia, y reducir la preocupación del estudiante por errores posteriores. La retroalimentación con alto contenido informativo incluye varios de estos elementos y puede ser particularmente útil para ayudar al estudiante, después de cometer errores, a comprender qué error cometió, por qué lo cometió y qué puede hacer en el futuro para corregirlo, lo que puede favorecer la metacognición. En general, la retroalimentación más eficaz es oportuna, constructiva y específica, ya que permite al estudiante mejorar en una tarea y fomenta su mentalidad de aprendizaje, autoeficacia y perseverancia.
El tipo y la frecuencia de la retroalimentación también son importantes, ya que demasiada retroalimentación positiva puede resultar insignificante para el alumno y disminuir su motivación interna, mientras que la retroalimentación negativa puede reducir su confianza y compromiso. La retroalimentación positiva o elogio debe ser específica y centrarse en el esfuerzo o el proceso, más que en la capacidad o la inteligencia, lo que fomenta una mentalidad de crecimiento. La tecnología puede utilizarse para proporcionar retroalimentación oportuna o instantánea en diversas modalidades, como audio, texto, imágenes y video.
Ejemplo: Utilice esta estrategia en el aula
Vea cómo este profesor modela una retroalimentación efectiva entre pares para su clase.
Los docentes pueden proporcionar retroalimentación con alto contenido informativo observando y respondiendo a cómo los estudiantes se involucran en una tarea, su enfoque de aprendizaje y sus habilidades de autorregulación, cuando sea relevante. Pueden determinar el tipo y la frecuencia de retroalimentación más adecuados para cada estudiante considerando factores como el contenido de la asignatura, el contexto y la personalidad del estudiante. Además, dado que procesar la retroalimentación requiere memoria de trabajo, algunos estudiantes pueden procesar una mayor cantidad de retroalimentación que otros, lo que hace esencial la retroalimentación individualizada.
Inclúyelo en el diseño de tu producto
Los desarrolladores pueden incluir funciones que brinden retroalimentación oportuna y constructiva a los estudiantes, promoviendo así la mejora continua y la participación durante todo el proceso de aprendizaje. Ofrecer retroalimentación en diferentes formatos, por ejemplo, mediante texto, audio, imágenes o animaciones, permite a los estudiantes seleccionar el tipo de retroalimentación que mejor se adapte a su motivación. Se debe considerar el tipo, la frecuencia y el tono de la retroalimentación para determinar cuál es la mejor opción para el estudiante y la actividad.
Referencias
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